La actuación dolosa de los donatarios determina la nulidad de la donación
El Tribunal Supremo en Sentencia 28/09/2011 ha declarado que, en la donación de inmuebles, la actuación dolosa de los donatarios, provoca que el donante preste su consentimiento de forma viciada, lo que conlleva la nulidad del consentimiento prestado, y por tanto del contrato de donación. El dolo se manifiesta no sólo en la insidia directa o inductora de la conducta errónea del otro contratante, sino también en la reticencia dolosa del que calla o no advierte a la otra parte en contra del deber de informar que exige la buena fe. Y es lo que ocurre en el presente caso, ya que la actuación de los donatarios es dolosa, y alcanza la suficiente gravedad para determinar la nulidad del contrato de donación. En el presente caso, no se discute si el hijo de la donante, actuando por sí y en favor de sus hijos, también demandados, fue quien acudió a la notaría aportando la documentación necesaria par la preparación de las escrituras de la donación y precisando cuáles eran los inmuebles que habían de ser objeto de las mismas, todo ello sin contar con la voluntad y el consentimiento de su madre, quien convencida de que se trataba de la donación a su hijo de un sólo inmueble, se ve sorprendida cuando, ya en la notaría, se encuentra con la presencia de sus nietos y con el hecho de que las escrituras que habían sido preparadas se referían a otros inmuebles y habían de otorgarse no sólo a favor de su hijo, sino también de sus nietos; situación de sorpresa, que ante la presión que imponían las circunstancias configuradas concientemente por el donatario con tal finalidad, le llevó a prestar en el acto un consentimiento que evidentemente estaba viciado, ya que tratándose de una persona de avanzada edad, y como pone de manifiesto el perito doctor se trata de una persona dependiente y que por ello carece en ese momento de la voluntad necesaria para hacer frente al conflicto emocional que le planteaba la donación, cuando se vio en la tesitura de firmar la documentación que le fue presentada en la notaría, por lo que plasmó su firma sin desearlo.
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