El desafío de fijar los límites conceptuales de la imprudencia grave, menos grave y leve en el ámbito penal

Delito de lesiones. Imprudencia grave con resultado lesiones. Perros peligrosos. American Staffordshire Terrier Ataque a menores.

Condenada por un delito de imprudencia grave, con resultado de lesiones, a una mujer por llevar suelto y sin bozal a su perro, de raza potencialmente peligrosa, que atacó a una niña de 5 años mientras jugaba en un parque infantil con su abuelo, causándole heridas en el glúteo.

La acusada sacó a su perro de raza American Staffordshire Terrier suelto y sin bozal por las inmediaciones de la plaza, a sabiendas de que pertenecía a una raza de perros potencialmente peligrosos (en ningún momento, durante el juicio, se ha puesto en duda que conociera tal condición del animal) y que existía riesgo de que pudiera menoscabar la integridad física de las personas con las que se encontrara. El animal corrió hacia la menor, se abalanzó sobre ella y comenzó a morderle los glúteos.

Basta un examen de la normativa administrativa que impone el cuidado y la cría de un animal de esta raza para percatarse del potencial riesgo que su descuidada tenencia puede conllevar. Faltó a las más elementales reglas de prudencia, con infracción de las normas reglamentarias.

Se trata de una imprudencia grave condenando a la pena de multa de diez meses, con una cuota diaria de 6 euros, y al pago de una indemnización de 5.366 al representante legal de la menor por las lesiones y las secuelas sufridas. La acusada sostiene que su perro es manso, dulce y cariñoso, habiendo aportado fotografías del animal con otra niña para tratar de demostrarlo. Pero la ley ha decidido calificar como potencialmente peligrosas una serie de razas de perros precisamente porque tienen un carácter muy marcado, fuerte musculatura, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia, y cuyos instintos no pueden ser del todo anulados, sino tan solo mitigados y controlados y el hecho mismo del ataque a la menor, que no se discutía ni por la acusada, despejaba cualquier duda sobre la afabilidad del perro y que llevándolo sin correa y sin bozal y sin prever la posibilidad de que su perro, siendo de cierto tamaño y de una raza de fuerte carácter,  debía de prever que pudiera atacar a alguien en la zona urbana y poblada en la que se encontraba. La imprudencia grave es, la omisión de la diligencia más intolerable, mediante una conducta activa u omisiva, que causa un resultado dañoso y que se encuentra causalmente conectada normativamente con tal resultado, mediante la teoría de la imputación objetiva, mediante un juicio basado en la creación de un riesgo no permitido que es el que opera como conexión en la relación de causalidad.

(Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo penal, de 20 de junio de 2024, recurso 2078/2022)